jueves, 1 de julio de 2010

Experimento Imagin-a VII. Ejercicio práctico: Adaptation o la pasión de morir a mí


Sobre Adaptation. El ladrón de Orquídeas, 2002., Spike Jonze y guión de Charlie Kauffman.
Por Esther Marín Ramos, para Experimento Imagin-a VII, La Resiliencia.



Adaptación (biología): característica que ha desarrollado un organismo mediante selección natural a lo largo de muchas generaciones, para solventar los problemas de supervivencia y reproducción a los que se enfrentaron sus antecesores.

Charlie Kauffman es un inadaptado. Está bloqueado en su isla de perfección. Y las orquídeas son lo más.  Toman la forma del insecto que las poliniza. Darwin apoyó en ellas La Teoría de la Evolución Humana. Son el colmo de la adaptación. Por eso Charlie hace un guión de la escritora que escribe un libro del tipo sin dientes que está loco por las orquídeas. Por eso Charlie Kauffman, el guionista de pelis como Eternal sunshine of the spotless mind (Michel Gondry, 2004, Oscar al mejor guión original), Human Nature (2001, también con Gondry),  o Being Jonh Malkovich (1999, de nuevo con Jonze) es decir, el autor de pelis excepcionalmente conocidas por su guión más que por su director, escribe la historia basada en hechos reales de Adaptation. Una historia metacomunicativa, que habla del mismo proceso creativo, en la que el autor se cuenta a sí  mismo,  denunciando cada una de sus capas, depurándose hasta la saciedad, algo que Kauffman no puede remediar hacer en todas sus películas. Su hermano Donald es un asqueroso integrado que aspira alcanzar  el 1% de nivel artístico de Charlie, y sin embargo –y en ello reside la catarsis a la que nos somete la historia- será quien lo polinice al morir, como si fuera una abeja y en vez de polen hubiera inyectado veneno, veneno purificador.  Él será el insecto polinizador, y Charlie será por fin la orquídea adaptada.
Uno es lo que ama, no lo que le aman, alecciona el alter-Donald a Charlie, y le hace ver que realmente es el perfeccionista Charlie Kauffman -un plutoniano escorpio especialmente controlador de sus guiones y sus directores- quien está vendido a la opinión de los otros, quien está más pendiente de la valoración de los demás que de lo que él mismo desea y eso lo colapsa y le impide crear. Para amanecerse hay que adaptarse, es la refrescante lección que todo purista debe aprender, y eso requiere atreverse a andar sobre el filo del abismo, alejándose de lo que te hace sentir seguro - dice el mismo Kauffman en una entrevista- … algo que a lo que muy pocos están dispuestos…

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